martes, 16 de octubre de 2012

FUE

"He llegado hasta el fin con los brazos cansados, tantas veces te vi simulando un olvido... Y eso pasó".



"Amar sin ser correspondidos", debe ser considerado como una forma de pena de muerte. De hecho, el dolor sería menos, si se considerase otros métodos de tortura que los que conlleva el sufrimiento por Amor. Irónico ¿verdad? El mismo sentimiento que nos hace alcanzar el cielo, al no ser bilateral, hace que caigamos a toda velocidad desde ese lugar celestial y estrellarnos en el más profundo dolor.

Pensar en todo lo que pudimos haber dado por una persona y saber que nunca sirvió de nada. Esperar por tanto tiempo, a que quizás, aclare sus sentimientos y confusiones, frente a la posibilidad de tener "fantasmas" de amores fracasados y temores de que esa historia se repita, muy a pesar de que con mucho ingenio, se creaban momentos para hacerle sentir que tenía exclusividad y que esos miedos eran mentales y que debía darse una segunda oportunidad para amar. Sin embargo, pudo más la barrera que estableció en su corazón, con el fin de impedir que sentimiento alguno la traspase. 

Y así fue, no cedió a la idea de ser feliz y volver a sonreír junto a alguien que realmente valorara cada una de sus muestras de afecto. Alguien que solo buscaba momentos para que sienta lo que significaba la palabra "Amor" y que luchaba a cada segundo por cerrar esas heridas que el pasado le dejó. Aún así, nada sirvió.

Al fin y al cabo, se acostumbro a recibir sobras y no a obtener lo que de verdad se merecía, olvidó cada palabra dicha, cada momento entregado, todo lo echó a la basura. Esos lindos recuerdos, se convirtieron en viles mentiras y traiciones, quitando la venda de la realidad de la situación: Jamás quiso quedarse conmigo.

Por ello, algunas veces lo mejor que se puede hacer es dar la vuelta y partir. Sólo algunas veces, no todas, en realidad casi nunca. Pero esta vez si.


Aún siento que este dolor invade cada partícula de mi ser y pienso en cuánto debí quererte para dejarte lastimarme así. ¡¿Cuánto?!







P.S.: Ya todo fue...






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